Grupo de Senderismo del SUC.
Asociación federada a la Federación Cántabra de Montañismo y Escalada
Tlfno. 942893562
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Nota.

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martes, 5 de julio de 2011

CUETU MURIUS, DESDE SAN ESTEBAN DE CUÑABA

Domingo, 3 de julio de 2011.

Teníamos buenas referencias de esta ruta y, sobre el terreno, comprobamos que tenían fundamento.

La ruta discurre, en su primer tramo, paralela al Río San Esteban que da nombre al pueblo por el que pasa o viceversa. Parte de este pueblo, siguiendo un camino limpio al principio, que se reduce a una senda para caballerías que va atravesando un extenso helechal. Quizá esto último sea lo único molesto del camino.

Cuando se estrecha la garganta, zigzagueando, toma altura para continuar, todo él, al pie de los riscos de la Sierra Nedrina, con subidas y bajadas, el típico rompepiernas de los ciclistas, pero que, a pie, se agrdece, pues hace el caminar más variado. Todo el trayecto discurre por la margen izquierda, según baja el río, siendo el rumor del agua saltando en pequeñas cascadas el mejor acompañante sonoro del camino.

Este valle se encuentra flanqueado por dos sierras, la Sierra Cocón, al Sur, y La Nedrina, al Norte, que se unen en el nacimiento del río, formando un circo impresionante. Ambas sierras son muy escarpadas, sobresaliendo atrevidas formaciones rocosas, revestidas, en su parte baja, por exuberante vegetación. Son innumerables los picachos de los que es imposible dejar constancia nominal, pero que, para ello, valdrán las imágenes que recogimos.

Llagados al fondo del valle, a la Braña Sombejo, donde quedan aún restos de varias cabañas, giramos a la derecha y, salvando una acusada pendiente, ascendemos al Collado La Galabín, punto de separación y comunicación de este valle con el de Collantes, al Oeste. En el collado existe una charca que sirve de abrevadero para el ganado.

El Collado está al pie del Cuetu Murius o Cabezu Vigueras, que era nuestro objetivo, este día.

La ascensión al Cuetu se hace siguiendo senderos del ganado, girando, enseguida a la izquierda, buscando un paso que bordea la antesala del Murius, para girar a la derecha y aproximarse algo al borde occidental, sobre un cortado impresionante, culminando, por la arista, hasta llegar a la cumbre.

Ni qué decir que el panorama es maravilloso, con la Sierra del Cuera al Norte, Los Picos de Europa al Suroeste, La Pica del Sestón y Gamonal al Este, las estribaciones de la Sierra de Peña Sagra al Sureste, aunque al Sur el muro de la Sierra Cocón, sobre todo, nos impide alcanzar otras panorámicas.

La Vuelta la hicimos por el mismo camino. En total recorrimos unos once kilómetros, salvando un desnivel de 1.000 mts. 

Esta es la localización de la zona

Y este el esquema de nuestro recorrido

Partimos de este acogedor rincón, San Esteban de Cuñaba

Desandando unos cien metros por la carretera de acceso al pueblo, encontramos este indicador

Cruzamos este puente sobre el río que lleva el nombre del pueblo

Y, de un vistazo, contemplamos el sentido de la marcha

A nuestras espaldas, las estribaciones de la Sierra Cocón se desperezan tempraneras

El buen piso del camino y que todavía no calienta mucho el sol hace que marchemos con ganas

Cuando se estrecha la garganta, el camino tiene que coger altura y comienza a zigzaguear

Según vamos cogiendo altura, los riscos de la Sierra Cocón se levantan sobre nosotros

Los helechos empiezan a flanquearnos, ocultando casi la senda

Esta encina centenaria vigila complaciente que el camino, también centenario, no se borre

Los helechos y, si nos descuidamos, las garrapatas, no nos abandonarán durante un largo trecho

Pasos como este, los menos en todo el trayecto

Para completar el paisaje no podían faltar algunas pedrizas como ésta

Estos fantasmagóricos riscos son de la parte de Sierra Nedrina, la vertiente Norte del Barranco

Al Sur, Sierra Cocón. ¿Por qué la llamarán sierra?

Inmenso helechal donde los caminantes apenas si se divisan

Sólo por encontrar estas aguas tan cristalinas merece la pena esforzarse un poco

En la cabecera del barranco, la pared del centro se deja bañar por las primeras aguas del Reguero Sombejo. Estamos en la braña del mismo nombre

Los restos de invernales y los campanos que oímos de fondo nos hablan de tradición pastoril y ganadera

La charca de La Galabín no puede ocultar al pie de qué pico se encuentra

El macizo del Cuetu, visto de frente, se muestra más revelador que el reflejo de la charca

Llegar hasta el Collado ya es un logro y hay que celebrarlo

Después de sobrepasar la antesala, encaramos la parte final del Cuetu

Arrimándonos, con cuidado, al borde oriental, nos asomamos a cortados como éste

Ya en la cumbre, registramos que, al Este, se extiende la Sierra Nedrina

Al fondo, al Norte, la Sierra del Cuera, que parece va a ser rebasada por las "olas" del Cantábrico

Al Suroeste, el Macizo Central de los Picos de Europa, con el Picu Urriellu, provocador, en el centro

Esta imagen, con el paso del tiempo, seguro que nos traerá buenos recuerdos

Bajar hasta La Galabín, comer, descansar un poco y desandar el camino andado lo hacemos rápidamente, sin detenernos demasiado ante lo que ya damos por conocido

Antes de cruzar definitivamente el puente, nos despedimos del rumor del agua que tan placenteramente nos ha acompañado todo el camino

Todo un descubrimiento esta marcha, ¡sí señor!




lunes, 4 de julio de 2011

PORRACOLINA DESDE CALSECA

Domingo, 26 de junio de 2011.

Porracolina, una cumbre inconfundible, que se divisa de muchos puntos de Cantabria. Para nosotros un reto. Esperábamos que, a la tercera, fuese la vencida.

La primera nos cerró el paso la niebla a la altura de las cabañas de Mortero. La segunda, además de atacarla por el sitio equivocado, en la cumbre nos envolvió nuevamente la niebla. En esta ocasión, por el contrario, lució un sol radiante en un día en que la alarma amarilla, por calor, desaconsejaba “hacer ejercicio al aire libre”. Alguna experiencia teníamos que nos decía que, en las cumbres suele correr la brisa. Y así fue.

A las 9,30h. nos agrupamos en Liérganes. Al llegar a Calseca, dejamos uno de los coches donde desemboca la pista por la que volveríamos. Con los otros seguimos por la nueva pista que lleva hasta Bustablado y, al llegar a la altura del llamado “Barranco del Paso Malo”, los dejamos, y comenzamos, a pie, la ascensión por el mismo.

Es una subida fuerte, senda bien marcada, que se coge con ganas. En poco más de media hora nos plantamos en Mortero, donde disfrutamos de una de las últimas sombras que encontraríamos en la ascensión.

Esta vez sí acertamos con la vía adecuada, partiendo de Mortero, subiendo a la izquierda, por senderos zigzagueantes, hasta llegar a El Pozuco, un collado entre el Alto de La Porra y el Alto de Pipiones. Por debajo de este último, discurre un camino, casi en horizontal que te lleva hasta el Alto de La Mina, al pie de Porracolina. Mirando de lejos, se adivina fácilmente cuál es el paso que te lleva hasta la cumbre.

Una vez arriba, y buscando algo de sombra para descansar y comer, recorremos el cordal en dirección Noroeste, bajamos a un pequeño collado y la encontramos.

Después de descansar y comer, desde ese mismo collado, y por la falda Sur comenzamos el descenso.

Volvemos al Alto de La Mina, donde hay un abrevadero para el ganado. Desde ahí, comenzamos el descenso propiamente dicho hasta encontrar el cauce del Arroyo Calseca, en la vertiente Sur del Porracolina y, por el cauce seco, por los praos adyacentes, en sombra o al sol acabamos encontrando una pista que nos llervará hasta el coche que habíamos dejado a la ida. Con él trasladamos a los conductores hasta los demás coches para emprender el regreso.

Es un circuito casi circular. El recorrido total a pie es de unos ocho kilómetros, salvando un desnivel de 700 mts.

Esra es la localización de la zona

Y este el esquema de nuestro recorrido

Contemplamos el primer tramo de nuestra ruta: El Barranco del Paso Malo

Comenzamos con ganas y algunos ya empiezan a marcar diferencias

Comprobamos, a lo lejos, que hemos echado el freno de mano a nuestros coches

A la primera sombra de cambio, nos sentamos para repostar

En esta sombra encontramos la primera fuente del recorrido

Miramos a lo alto y señalamos el segundo objetivo de nuestra ruta: El Pozucu

Empezamos a coger altura y dejamos abajo los cierros segados de Mortero

Zigzagueándo, subimos bajo un sol de castigo

Desde esta altura, se nos muestra Porracolina en todo su esplendor

Alcanzado ya el Pozucu, cogemos este camino transversal, hacia el Alto de La Mina

Desde lo alto, el sitio de Mortero se nos muestra como un idílico lugar, quién sabe si, para vivir una temporada lejos del mundanal ruido

Con la vista puesta en nuestro objetivo, divisamos el punto por donde debemos pasar

En la boca de esta torca encontramos una segunda fuente

Volvemos la vista atrás y memorizamos el tramo clave de la ascensión

Sin llegar aún a la cumbre, vamos divisando nuesvas perspectivas: Carrío delante, El Picón del Fraile detrás

Colina delante, la Llusa detrás

Los rezagados del grupo atacamos el tramo final

Desde la cumbre abarcamos todas las direcciones: Castro Valnera, Los Picones de Sopeña, Valdició

Las Enguinzas, Peña Cabarga, Santander entre la bruma

Alisas, la Sierra de Mullir, con El Copete y La Bolisa

Rodeando la cumbre, encontramos una sombra donde comer y descansar

Siguiendo al pie de la cumbre, iniciamos el descenso

Iniciamos el descenso propiamente dicho hacia el Alto de La Mina

Desde La Mina, encaramos, con la vista, las cabañas de Sotombo y La Sierra de Hornijo, con Peñas Rocías y Mortillano

Dejando atrás un abrevadero, nos encaminamos hacia Claseca, cerrando el circuito alrededor del Porracolina

Una de las pocas sombras que encontramos en el camino y que hay que aprovechar

Mientras unos siguen por el cauce seco del río, en sombra, pero más dificultoso para andar, otros optamos por seguir por el prao que se extiende en paralelo

¡Al fin la pista, la civilización!

Y el último tramo hasta el coche de reserva

Y, antes de partir, visualizamos, de nuevo, el inicio de nuestra ascensión, ahora terreno ya conocido